La publicidad exterior es un medio versátil que puede manifestarse en una gran variedad de soportes. A pesar del auge que experimentan otras campañas de promoción más modernas, como el marketing digital, la inversión en publicidad exterior sigue siendo muy significativa. ´
Al fin y al cabo, nuestra población se caracteriza por hacer gran parte de su vida social y laboral en las calles. Esto hace que el impacto publicitario de uno de estos soportes colocados en el exterior sea muy elevado. Las fórmulas para comunicar el mensaje son tan variadas como los soportes disponibles.
Algunos formatos clásicos de publicidad exterior
Las vallas publicitarias son, quizá, el soporte que primero viene a la mente cuando hablamos de publicidad exterior. Estas estructuras de gran tamaño se ubican en espacios abiertos que cuentan con gran visibilidad y tránsito. En ellas, se coloca el anuncio gráfico, aunque las posibilidades de innovación son infinitas con la incorporación de elementos 3D, digitales, etc.
Los letreros luminosos cuentan también con gran recorrido. Son grandes avisos que contienen el logotipo de la marca o una comunicación comercial. Pueden encontrarse en edificios emblemáticos, en grandes puntos de encuentro de la ciudad como plazas, etc.
Las lonas publicitarias también se alojan en los edificios, en este caso, en su fachada. Este formato es ideal si se quiere ocultar las obras de restauración que están teniendo lugar. Los expertos coinciden en que se trata de uno de los soportes de mayor extensión e impacto para el usuario. La pena es que no siempre están disponibles.
Forman parte de nuestra vida
En el interior de las ciudades proliferan ampliamente los opis, los mupis y las marquesinas. Cada uno de ellos posee dos caras independientes, por lo que sus posibilidades son aún mayores. En ocasiones puede modificarse incluso la estructura en la que se insertan si la campaña en cuestión así lo requiere para conseguir mayor impacto.
Los medios de transporte público también son una opción para comunicar mensajes publicitarios. Autobuses, taxis, metro… su exterior o su interior se aprovechan para colocar anuncios y campañas, que van moviéndose por la ciudad al mismo tiempo que el vehículo que los porta.
Todo esto también se considera publicidad exterior, a la cual estamos expuestos constantemente.
Pantallas digitales al poder
En esta dimensión entran las videopantallas. Proliferan en los estadios deportivos, centros comerciales y, en los últimos años, también es posible verlas por la calle. En ellas se emiten breves spots publicitarios, mensajes sencillos e impactantes o incluso se intercalan con información sobre el entorno (meteorología, tráfico, calidad del aire…).
Los relojes y barómetros ubicados tanto en el exterior como en espacios interiores (estaciones de trenes y autobuses, centros comerciales…) en su vertiente digital también son receptáculo de mensajes publicitarios. Son soportes informativos que abundan en el centro urbano donde se emiten pequeños anuncios o reclamos.
Las columnas digitales son todavía un elemento de publicidad exterior no muy explotado en nuestro país, no así en Estados Unidos o Reino Unido. Se trata de estructuras de forma cilíndrica que se ubican en las aceras con el propósito de ser visualizadas fácilmente por los viandantes y conductores. Al igual que las marquesinas, suelen poseer dos caras independientes, con la ventaja que ello supone.
Infinitas posibilidades de un medio renovado
La publicidad exterior está lejos de encontrarse en horas bajas. Aunque son muchas las opciones publicitarias por las que se pueden optar a la hora de elaborar una campaña, este sector sigue conservando su liderazgo.
Las características de la publicidad exterior avalan su supervivencia en nuestras calles. Visibilidad, elevado impacto, amplio target… todo ello habla de este medio publicitario como un instrumento versátil con el que impulsar un producto o una marca.
En Meridiana de Comunicación somos expertos en publicidad exterior en Córdoba, ciudad donde prestamos nuestros servicios. Nuestra experiencia nos permite escoger el soporte que mejor se adapta al mensaje y ubicarlo en la localización más óptima. Una competencia adquirida tras años de liderazgo en el sector.
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