Sería extraño caminar por la calle o conducir por la ciudad sin vernos rodeados de anuncios y vallas publicitarias. Estos soportes de promoción que acercan a clientes y empresas se han convertido en iconos de nuestros paisajes. Pero, ¿Cómo surgió la publicidad exterior?
Aunque algunos elementos de publicidad exterior como las vallas publicitarias forman parte del imaginario colectivo desde hace tiempo, existen otros soportes más recientes. Es un sector que ha evolucionado vertiginosamente en función de los cambios sociales y los avances tecnológicos.
El origen de la publicidad exterior
En todo caso, la historia de la publicidad exterior se remonta a eras antiguas. Su origen se encuentra en los dibujos realizados por nuestros antepasados en cavernas, paredes y muros. Los comerciantes del Antiguo Egipto iniciaron esta tradición comercial de forma rudimentaria. Promocionaban sus productos y servicios mediante inscripciones en piedras que colocaban en los caminos de acceso a la ciudad.
Esta costumbre fue practicada también en la Antigua Grecia, publicitando grandes eventos como los Juegos Olímpicos en las inmediaciones del estado. A medida que el papiro fue ganando adeptos, estos anuncios de publicidad exterior empezaron a copar los espacios públicos. La versatilidad del soporte permitía su reproducción y traslación a cualquier lugar.
La llegada de la imprenta y la litografía
La invención de este instrumento en el siglo XV supuso toda una revolución. Con ella se daba inicio, además del libro impreso, al cartel publicitario. De los precarios grabados se pasaba así a imágenes impresas. Estos soportes privilegiaban lo visual y trataban de asociarlo a aquello que se anunciaba, para facilitar la difusión entre una mayoría de población analfabeta.
Por su parte, en el siglo XVIII se produjo otro hito en la historia de la publicidad exterior. Se trata de la invención de la litografía, impulsora de la creación de las vallas publicitarias.
Anuncios emblemáticos
Los carteles fueron adquiriendo más calidad y tamaño. Las estrategias de promoción se agudizaron hasta la creación en 1889 de la primera gran valla publicitaria para la exposición universal de París.
La historia de la publicidad exterior en España fue de la mano del resto de Europa. El primer cartel fue realizado en 1897 para el baile de máscaras del Círculo de Bellas Artes de Madrid. Cómo olvidar uno de los símbolos más entrañables de nuestras carreteras, el Toro de Osborne. Desde 1956 es un acompañante más de nuestros viajes en carretera.
Un medio superviviente a los cambios
Si por algo destaca la publicidad exterior es por su capacidad de adaptación a los cambios. La necesidad de promoción de pequeños comerciantes es compartida hoy día por las grandes empresas y multinacionales que nos ofrecen los productos y servicios que reclamamos para tener una vida más cómoda.
Desde aquellos precarios reclamos publicitarios, el camino recorrido ha sido extenso. La publicidad exterior ha sabido comprender las necesidades de vendedores y consumidores en cada momento. Además, ha estado a la última en todo momento en cuanto a técnicas y estrategias.
La dedicación profesional al sector de publicidad exterior
Después de más de dos siglos, los elementos de publicidad exterior como las vallas publicitarias siguen siendo un referente. Su eficacia y el alto impacto de promoción que presentan las convierten, entre otros soportes, en excelentes canales de comunicación con el cliente.
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